sábado, 25 de octubre de 2008

Enfrentando La Inmoralidad

Gálatas 5:16-25


Es que no sé qué hacer con mi conducta. ¿Le han pasado por la mente estas palabras? La verdad es que sí sabemos qué hacer, con la ayuda de Cristo, pero no queremos cambiar. ¿Cuántas veces dejamos sin control nuestros deseos y, en un momento de tentación, simplemente no queremos obedecer a Dios?
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Tendemos a concentrarnos sólo en la satisfacción de nuestras necesidades y deseos, e ignoramos las consecuencias que pueden generar nuestras acciones.

¿Cómo podemos vivir una vida santa en medio de una sociedad inmoral?
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Debemos responder a la vida en base a quiénes somos en Cristo. Cuando las tentaciones nos asalten, debemos verlas desde nuestra posición en Cristo, y pensar: Oh, Dios, eso no concuerda con quién soy. Esa conducta pertenece al viejo hombre, y esa persona está muerta. Soy una nueva creación en Cristo, y tengo a mi disposición el Poder divino para que me ayude a hacer decisiones que honren a Dios.
Debemos considerar como muertos todos nuestros malos deseos, y considerarnos muertos a toda acción mala. Jesús ha destruido el poder del pecado en nuestras vidas, y nos ha liberado del pecado que nos esclavizaba.

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Talvez usted está pensando: Yo no voy a caer en la inmoralidad, o Yo no tengo tentaciones en esa área. ¡Dios nos advierte que si creemos estar firmes, debemos tener cuidado de no caer! (1 Co. 10:12). Los pecados sexuales y la inmoralidad son grandes puertas de entrada de demonios a nuestras vidas, si de verdad queremos hacer enojar a Dios, estos pecados son la puerta para hacerlo.
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Piense siempre y dígase: "Eso no concuerda con quién soy". Experimente el flujo del Poder divino, que lo ayudará a vencer el pecado.

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