Cuando Dios te hizo mujer,
pensaba que el Universo,
no se llenaría de estrellas
ni la tierra de veneros;
ni los arroyos y ríos
recorrerían los senderos,
ondulados de las sierras
en torrentes de misterio.
Cuando Dios te hizo mujer,
pensó que serías el verso,
que escribirían los poetas
en la nostalgia de un sueño;
recibiendo la dulzura
de los arrullos y besos,
llenos de gozo y ventura
y fragancia de tu aliento.
Cuando Dios te hizo mujer,
pensó que sólo tu cuerpo
sería poesía en el aire,
y sensación de deseo
que los hombres al mirarte;
añoran con sentimiento
en una noche de ensueño,
los besos que puedas darle.
Cuando Dios te hizo mujer,
¡Sólo pensó en admirarte!
Gentileza: CL Antonio Ortega Serrano
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